28 de marzo de 2011

Flores de Bach para los Miedos

Una persona está enferma por su miedo, éste se ha convertido en pensamiento y este pensamiento se ha manifestado en enfermedad.

Los pensamientos nos hacen “ser como somos” pues ahí se reflejan nuestros miedos y nuestras enfermedades. De esta forma de dividen las flores de acuerdo a diferentes sentimientos para poder combinarlas.

Mimulus: Contra el miedo cotidiano y la ansiedad derivados de cosas conocidas; también para la timidez. Los miedos que trata el Mimulus están relacionados con lo que pueda ocurrirle a UNO MISMO.

Red Chestnut: Contra los miedos relacionados con lo que pueda sucederle a un ser querido. Miedos exagerados por nuestros hijos, padres, esposos.

Aspen: Trata miedos desconocidos, irracionales.

Rock Rose: Los conceptos claves son Pánico, terror, una gran e imprevista situación de emergencia o peligro. Es el remedio para los casos de emergencia. En casos de emergencia y ante peligros, así como de todas las situaciones desesperadas. Siempre que en la vida aceche algún peligro. Cuando el paciente tiene miedo o es presa del pánico. En casos en los que parece no haber esperanza alguna. Cuando nuestro espíritu se ve acechado por el peligro. En una crisis nerviosa, ante el miedo a la muerte.

Cherry Plum: Contra el miedo muy específico de perder el control y hacerse daño o hacerlo a los demás. Puede ser gente histérica, hablar del suicidio o ser muy violentos.

Las 38 flores de Bach

Existen 38 remedios incluidos en el sistema floral del Dr. Bach. Estos 38 remedios están determinados por 34 flores silvestres y 3 flores de cultivo.

Aplicaciones:

1 Agrimony: Agrimonia. Oculta emociones tortuosas, problemas graves y angustia inconsciente tras una máscara de alegría y despreocupación permanente. Evita discusiones y busca armonía. Tendencia a las adicciones, tabaco, drogas, alcohol, juego, trabajo, asumir riesgos, comida y compras, como mecanismo de escape a su tormento mental. Busca ser aceptado. Si se enferma bromea al respecto.

2 Aspen: Álamo temblón. Miedo a lo sobrenatural, a situaciones imprecisas que siente que lo amenazan, y a la muerte. Presagios. Temor vago e inexplicable. Agorafobia, claustrofobia.

3 Beech: Haya. Tiende a ser intolerante y a criticar despiadadamente. Juzga sin sensibilidad ni comprensión. Arrincona. No soporta las ideas y costumbres diferentes a las suyas. Es arrogante.

4 Centaury: Centáurea. No puede decir no. Reacciona exageradamente a los deseos de los demás, buscando complacerlos. Sacrifica sus propias necesidades para quedar bien. Su predisposición a servir es explotada. Se presta al dominio y el abuso de otros. Su voluntad es débil.

5 Cerato: Ceratostigma. Busca la aprobación y el consejo de los demás, pues no confía en su juicio, intuición, ni en sus decisiones y opiniones. Sus convicciones no son firmes. Cambia fácilmente de opinión. Es indeciso.

6 Cherry plum: Cerasífera. Miedo a perder el control de sus actos, a cometer acciones terribles y a enloquecer. Pensamientos irracionales persistentes. Arrebatos incontrolables.

7 Chestnut bud: Brote de castaño. Repite sus errores, porque no reflexiona sobre ellos ni aprende de sus experiencias. Reincide. No escarmienta.

8 Chicory: Achicoria. Sobreprotege a sus seres queridos y los domina mediante una manipulación excesiva. Considera saber más que sus dependientes. Tiene una personalidad posesiva y egoísta. Se inmiscuye en los asuntos de los demás continuamente. Espera la devoción de los que sobreprotege y cuando no la obtiene se siente víctima. Después los persigue, criticando.

9 Clematis: Clemátide. Soñador que evade la realidad. Su pensamiento. Difícilmente está en el aquí y el ahora. Distraído, presta poca atención a lo que sucede a su alrededor. Vive en un mundo de fantasía, como un mecanismo de escape a su infelicidad.

10 Crab apple: Manzano silvestre. Flor de la limpieza para quién tiene la sensación de estar sucio y ser impuro, baja autoestima y terror a contaminarse.

11 Elm: Olmo. Abrumado por sus responsabilidades. Piensa que no es capaz de cumplirlas.

12 Gentian: Genciana de campo. Pesimismo. Depresión por causas conocidas. Escepticismo. Control débil ante la frustración.

13 Gorse: Aulaga. Desesperado. Sin ninguna esperanza. Siente que ya no tiene caso nada.

14 Heather: Brezo. Ensimismado. Centrado en sí mismo. Necesita público que lo escuche. Habla excesivamente, pero no escucha.

15 Holly: Acebo. Celos, desconfianza, envidia, odio y rencor. Carece de compasión. Para quienes necesitan amor.

16 Honeysuckle: Madreselva. No vive el presente. Nostalgia. Añoranza del pasado y los buenos tiempos.

17 Hornbeam: Hojarazo o Carpe. Agotamiento mental por hastío.

18 Impatiens: Impaciencia. Soledad de quien no puede estar acompañado porque marcha de prisa. 
Impaciencia. Irritabilidad.

19 Larch: Alerce. Sentimiento de inferioridad. Espera fracasar.

20 Mimulus: Mímulo. Miedo a lo conocido. A situaciones concretas, definibles. Timidez.

21 Mustard: Mostaza. Depresión y tristezas de causas desconocidas, que aparecen y desaparecen sin motivo.

22 Oak: Roble. Luchar desesperadamente contra la corriente y sin descanso. Dedicación obsesiva al trabajo.

23 Olive: Olivo. Agotamiento total, físico y/o mental.

24 Pine: Pino. Desesperación por sentimiento de culpa y autorreproche.

25 Red chestnut: Castaño rojo. Miedo a que les suceda algún daño a los seres queridos. Preocupación por ellos.

26 Rock rose: Heliantemo o Jarilla. Pánico y terror paralizante. Estados de angustia agudos. Pesadillas.

27 Rock water: Agua de roca. Perfeccionismo. Severidad. Rigidez consigo mismo.

28 Scleranthus: Scleranthus. Indecisión entre dos extremos opuestos.

29 Star of Bethlehem: Leche de gallina. Secuelas de traumatismos físicos y mentales.

30 Sweet chestnut: Castaño dulce. Desesperación profunda. Sienten que han llegado al límite del sufrimiento.

31 Vervain: Verbena. Fanatismo. No comparte la carga. Fortaleza.

32 Vine: Vid. Avidez por el poder. Dominador. “Pequeño tirano”.

33 Walnut: Nogal. Indecisión para iniciar etapas nuevas o manejar situaciones difíciles.

34 Water violet: Violeta de agua. Soledad de los orgullosos. Distanciamiento por sentimiento de superioridad.

35 White chestnut: Castaño de Indias. Rumiación torturante de ideas. Diálogos internos.

36 Wild oat: Avena silvestre. Falta de metas. Descontento e incertidumbre por desconocer la misión en la vida.

37 Wild Rose: Rosa silvestre o Escaramujo. Desinterés, apatía, resignación, capitulación. Falta de motivación.

38 Willow: Sauce. Se siente víctima del destino. Resentimientos.

14 de marzo de 2011

La Terapia Floral: un nuevo amanecer

En el mes de octubre se llevará acabo, en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, en el Hotel Hacienda de Cortés, el IX Congreso Internacional de Terapeutas Florales, en el cual participarán como conferencistas los mas destacados profesionales de esta especialidad. Pero, ¿En que consiste este arte terapéutico?

La Terapia Floral ha recorrido un largo camino y hoy se encuentra en un punto de transición muy cercano a alcanzar los objetivos de su motivo de fundación.

¿Que se propone la Terapia Floral? Inicialmente aliviar el dolor, paliar el sufrimiento y procurar la cura. Este objetivo es semejante al que persiguen otras terapéuticas, pero, lo que esencialmente diferencia a la Terapia Floral es que busca ayudar a las personas a liberarse de la esclavitud de los afectos que los atan al pasado.

Hay que pensar que las causas de nuestros males residen en las emociones que no expresamos, que sofocadas, en algún momento de nuestra historia, no dejaron por eso de existir. Afectos que son las marcas vivas de experiencias dolorosas que, pendientes aún de solución, retornan, desde la historia, disfrazadas como síntomas, sueños o vínculos. Afectos que representan los apegos a patrones de conducta que nos hacen sufrir y de los cuales, sin embargo, no podemos desprendernos.

En este contexto los síntomas corporales, por ejemplo, son gritos en el cuerpo de los afectos que la conciencia no quiere reconocer y que la memoria no quiere recordar. Representan la presencia del pasado en el hoy. Un pasado que nos estanca, que nos limita, que no nos deja avanzar en la vida...

Naturalmente, entonces, parte de la propuesta de la Terapia Floral consiste justamente en ayudar a que las personas expresen (hagan a-florar) los afectos sofocados, ya que nada puede ser curado en ausencia y nada, tampoco, puede ser dejado atrás, sin antes haberlo vivido intensamente. Consecuentemente, este proceso genera en cada persona la capacidad de poder despedirse de la neblina del ayer y así ser capaz de ver el sol del presente en toda su claridad.

Por este sendero los seres humanos se liberan de los anclajes del pasado que los atan a circuitos de reiteración de hábitos inadecuados; anclajes que en lugar de ser la manifestación de “afectos” genuinos, emergen como “afecciones” que nos llenan de desdicha. En este punto, la Terapia Floral, converge con el Psicoanálisis y la Medicina Psicosomática.

Esta perspectiva que alienta la Terapia Floral, creada hace mas de 70 años, por el Dr. Edward Bach, intenta acentuar el valor de los afectos como una experiencia esencial de la vida y hacer hincapié en que los síntomas, vínculos y emociones que pueblan nuestra vida siempre poseen un sentido. Que nada es casual, que todo lo que nos acontece son citas que la vida propone para que podamos aprender. Que la tierra es una escuela en donde, en este día de colegio que es nuestra vida, tenemos la posibilidad de crecer y evolucionar.

Para poder ayudar en este proceso la Terapia floral ha desarrollado una serie de remedios, naturales y de una significativa acción benéfica para el organismo, remedios que actúan sobre nuestro mundo emocional y desde allí sobre toda la personalidad. Personalidad entendida como una estructura que abarca tanto el psiquismo como el cuerpo, en tanto, cuerpo y mente son solo conceptos para hablar de un único existente que se enferma.

En esta dirección la Terapia Floral proporciona bienestar y alivio a los padecimientos de una persona sin hacer distinción en que esfera de la persona estos se encuentren. Ya sea una depresión, una diabetes, angustia o asma, la flores siempre hacen su aporte. En muchos casos, también, se logra la cura pero, aunque no sea así, siempre transforman la actitud del paciente de un modo positivo.

Como en todo arte de curar, los resultados son siempre acordes a las posibilidades de la naturaleza de la terapéutica usada, la situación del paciente y del padecer que se trata de sanar. Pero bien vale la pena la experiencia de transitar por las esencias florales camino a encontrarse a uno mismo y sanar las heridas del cuerpo y del alma. Luego de la experiencia, es el momento de evaluar los resultados con un espíritu abierto ante lo nuevo aún cuando cuestione las creencias que tenemos sobre la salud, la cura y la enfermedad y aún cuando lo que nos aporte no sea lo que esperábamos. Es que, muchas veces, ocurre, en la Terapia Floral, que uno va por lana y sale trasquilado. Y es que las esencias florales no siempre proporcionan lo que se anhela sino aquello que realmente necesitábamos, aún cuando ignorábamos que cosa era y aún cuando sus bendiciones se hacen carne en la conciencia bajo al forma de una vivencia inesperada, paradójica o “inoportuna”.

La Terapia Floral ofrece al hombre una nuevo amanecer. Nos hace descubrir que el cuerpo no es una carga sino el pivote de nuestra existencia; que existir es coexistir y que es sólo en la dinámica de un vínculo de amor como evolucionamos y sanamos. Nos enseña a reconciliarnos con nuestras emociones, cualquiera sean, ya que, todas nos son necesarias y todas cumplen una función importante en nuestra vida, aún aquellas que tienen muy mala prensa como el apego, la envidia o los celos. Al mismo tiempo, nos hace comprender que para poder evolucionar los seres humanos debemos incluir nuestras enfermedades como parte del proceso de crecimiento, ya que, no son un mal a erradicar sino una señal a entender y desarrolla la convicción de que los remedios florales despiertan en cada uno de nosotros las fuerzas autocurativas, ya que, la medicina cura, pero es la naturaleza la que sana.

Pero, por sobre todas las cosas, la Terapia, Floral ofrece la posibilidad de la experiencia de una relación terapéutica en la cual ir descubriendo cuales son las cosas que nos han conducido al sufrimiento y por medio de este encuentro creativo y reparador aprender a transformar los recuerdos dolorosos en caricias, el peso del ayer en un intenso presente y la desdicha en felicidad. ¿Podemos pedir algo más?.

por Eduardo H. Grecco

El Hombre puede transformar su pasado.

El hombre es milagroso en cuanto que puede transformar su pasado.

Algunos dicen “no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe”, pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células,
frecuentemente, produciendo enfermedades. El problema del pasado es
simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada.

Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y, cuando
interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen.

La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tú respiras lentamente y haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el subconsciente sale a flote, es decir se pregunta ¿que pasa aquí que no están respirando?

En ese momento el inconsciente hace aflorar a la consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que éramos víctimas pero que no
habíamos reconocido nunca en la vida, y en ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar nuestras heridas más profundas. Cuando hacemos eso podemos ir más lejos, así es como actuamos para la autosanación.

Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia?, si tengo una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo, un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es del todo cierto, eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean alérgicas sólo al frío, las personas alérgicas al frío también tienen miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es decir, el frío es simplemente un símbolo. Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo.

Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia. Si sé que no reconozco mi alergia porque me hace sentir vergüenza, entonces trabajo con la vergüenza: ¿que cosas en la vida me evocan vergüenza? Luego experimento el sentimiento de la vergüenza y veo como experimento la vergüenza, a veces me pongo pálido y frío, otras veces me pongo rojo como un tomate,otra lo experimento como un vacío o como un hueco a nivel del plexo solar, la puedo experimentar de muchas maneras.

Dónde y cómo experimento la alergia, me da una idea de la parte de mi energía que está comprometida. Vamos a ver otro sentimiento, el miedo, yo diría que la mitad de nuestros lumbagos son por miedo.

El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno, a ese nivel, hay un centro de energía muy importante y, nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura lumbosacra, esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos terribles, y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.

Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que
tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona
y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle “tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también”.

Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro trasmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.

Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado
en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir. Pues bien, ese
dolor articular, es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo.

Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi
resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.

La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi responsabilidad, yo también tengo que ver con eso. La medicina no puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos.

La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos de nuestra vida, y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por nuestra vida.

Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un shock, o una pérdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le produce un vacío
existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío de energía, y permite que
las células degeneradas puedan invadirle, es porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo reconocer.

Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su
consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro. Muchas veces, vemos a
alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es
literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar.
Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas
violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su
alma la que lo sana.
El sanador no lo puede hacer por el paciente, yo como sanador solo soy un imán que le doy la carga que su alma necesita. Realmente la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión y la libertad del otro, para que se sane.
La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu
consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu
sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.

Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada.

La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia, se trata
simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos,
separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal
cual es, y cuando la paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor
la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus.

Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse superman, uno puede ser muy orgulloso y decirse “estoy triste porque no me curé el cáncer”, eso no es un fracaso, el cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección.

Uno no aprende medicina de un día para otro, hay lecciones supremamente complicadas y difíciles.

También nos diplomamos o nos especializamos en el alma, cuanto más grande sea el desafío, más grande es la oportunidad de crecimiento. Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir huyendo de ellas, y así poder transmutarlas.

Pero una vez que sentimos la emoción, hay una pregunta fundamental ¿cuál es la lección que hay debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, qué me quería decir esta actitud y esta enfermedad? Cuando yo no digo NO, en la vida, termino resentido y con ira, pero la ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a reafirmarme diciendo NO.

La ira es la mejor estrategia de autoafirmación. Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se vuelve sanadora, es lo mejor de mi fuerza, mi ira barre y limpia la casa y hace las cosas más rápidamente, ustedes han visto a un ama de casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la mañana.

Yo sabía cuando mi mamá estaba iracunda, porque a las diez de la mañana mi casa estaba como un espejo. Es así, la ira es una forma de energía que se puede transmutar físicamente, el hecho de que la transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira, la fuente de la ira es la necesidad de
autoafirmarse, y la necesidad de autoafirmarse es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia.

Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no es ser bobo, la tolerancia no excluye la autoafirmación.

La autoafirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra cuando la quito abre una puerta luz, una lección que yo puedo aprender en mi vida.

Dr. Jorge Carvajal Posada

La Sabiduría del Silencio Interno

Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir, antes de abrir la boca. Se breve y preciso, ya que cada vez que dejes salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi (energía). De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.

Nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas, porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.

Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprende a ser como un espejo. Escucha y refleja la energía. El Universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el Universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones, y nos envía de vuelta el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se representan en nuestra vida.

Si te identificas con el éxito tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracaso. Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna. Aprende a ser como el Universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios, porque siendo como un espejo sin emociones, aprendemos a hablar de otra manera, con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permitiendo una comunicación sincera y fluida.

No te des mucha importancia y sé humilde, pues cuanto más te muestres superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones.

Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de las opiniones de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable como el TAO.

No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente. Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.

No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada sin tomar consciencia profunda de la situación, te vas a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen "si", porque saben que ese "si" no es sólido y le falta valor. Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría.

Si realmente hay algo que no sabes o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego, porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace creer que sabe.

Evita el hecho de juzgar y criticar, el TAO es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien, lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder las propias debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.

Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto en ti mismo. Deja que cada quién resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida. Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte, en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás demostrando que las palabras de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.

Tu silencio interno te vuelve impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para reeducar el ego, que tiene la costumbre de hablar todo el tiempo. Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar, o por lo menos unas horas en el día, según lo permita tu organización personal. Es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo ilimitado del TAO, en lugar de tratar de explicar con palabras lo que es el TAO.

Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio. Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder, el mismo poder se convertirá en un veneno y todo tu ser se envenenará rápidamente, perdiendo la paz.

Quédate en silencio, cultiva tu propio ser interno. Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del TAO.

Nadie te ofende, son tus expectativas

Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo (o no les hizo). ¡Nadie, nunca jamás te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas tú las creas con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarios.

Entonces, entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de como deberían actuar las personas y Dios las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA van a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque son ideas falsas.

Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos, SOLO SI TE LO SOLICITAN, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.

Nadie te pertenece. Ni tus padres, hijos, amigos y parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Ama y deja ser.

Deja de pensar demasiado. Abrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu “inventario”. Cuando una persona es maltratada (por NO haber dicho o hecho lo que se esperaba de ella) por alguien, deja esa experiencia en su inventario. Cuando conoce a otro alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que le hirieron, o sea que se predispone. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida con esos lentes (obviamente provoca lo que más teme). ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.

Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad, lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año con año. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes oscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.

La perfección no existe [de la manera que entendemos esa palabra los humanos]. Ni el padre, amigo, pareja o Dios es perfecto.

Es un concepto creado por la mente humana que, a un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE.

Un bosque perfecto serían sólo árboles, Sol, lluvia, sin bichos… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.

Intoxícate con la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo.

Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile porque te ofendió. Escucha su explicación amorosa de porqué lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz.

A la luz del corto periodo de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera la muerte, en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros. No puedes darte ese lujo.

Es natural pasar por un período de duelo al perdonar, deja que tu herida sane. Descárgate con alguien para dejar fluir el dolor. Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida.

Y como dirían los Beatles, LET IT BE…( Déjalo Ser )